Como ya podréis haber comprobado muchos de vosotros, me gustan mucho los gatos. Y ahora que tengo un poco de tiempo quiero contaros la historia de otro gato muy educado y elegante que viene todos los días, muy tempranito y por las noches nada más oscurecer, a comer de lo que siempre le tengo preparado.
Este gato es todo un señor gato, que lleva incluso una cinta negra al cuello de la que cuelga un pequeño cascabel, y que indudablemente está abandonado por sus dueños. A veces vuelve cerca de donde vivió alguna vez, pero siempre regresa a mi calle y frente a mi ventana.
Como a mi amiga Rosario y a mí nos dan mucha pena los gatos abandonados, un buen día le empezados a dar de comer. Pues bien este gato, al que le hemos puesto de nombre Cascabelito, empezó a venir a comer a diario, y nos enteramos quiénes eran los dueños y se lo llevamos, pero nos dijeron sus dueños que si se volvía a escapar que lo llevarían a sacrificar. Así que ante esta respuesta nunca más le hemos vuelto a llevar a esas caritativas personas.
El gato que no debía entender el idioma de sus dueños, se volvió a escapar y regresó a comer de nosotras. Total que al final lo hemos medio adoptado porque los dueños, está muy claro que no quieren saber nada de él. Para este pobre gato no tenemos sitio en nuestras casas, pero hemos conseguido que se adapte a dormir en una caja de cartón debajo de una marquesina protegida de la lluvia y arropado con una toalla donde tengo yo la cochera.
Aquí os dejo la foto para que veáis que lindo está durmiendo.
Es un gato muy elegante, educado y muy raro, pues deja siempre comer a los demás gatitos que tenemos adoptados como él mismo, ya que cuando juega con ellos nunca les hace daño a ninguno. Parece incluso un gato de peluche de lo dócil y bueno que es. Solo come cuando le ponemos su plato y le decimos que es para él.
Es compañero de juegos de Mary Flower, otra gata de la calle de la que ya os conté su historia.
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