jueves, 17 de abril de 2008

LINDA, UNA PAJARITA DE MI AMIGA MARÍA





Historia de Linda contada por su dueña María de Sevilla.

Os voy a contar como Linda llego a mis manos.
Todo empezó cuando yo tenía 9 años. A mi siempre me habían gustado los perros desde muy pequeña, pero mi madre nunca me había dejado ni me dejaba tener uno. Pero yo tenía muchas ganas de tener un animalito así que opte por uno mas corriente un canario.
Se lo dije a mi madre y me dejo tenerlo aunque a ella no le hacia mucho chiste ya que los pájaros no le gustan, pero la convencí. Fuimos todos a comprar los canarios ya que mi hermano también se iba a comprar uno. Fuimos a una semilleria ya que en la puerta había un hombre que los vendía. Primero fuimos adentro de la semilleria para comprar las jaulas. Mi hermano eligió una verde con forma de casita y yo una roja. Después nos dirigimos al hombre que vendía los canarios y le dijimos que queríamos dos machitos para que cantasen. Él nos enseño la jaula que tenía allí y nos dijo:
-Los de la derecha son los canarios de este año, por lo que hasta que no cumplan un año no cantaran, y los de la izquierda son los del año pasado por lo que ahora tenían un año y cantan.
Así que decidimos comprarnos uno del año pasado para que cantaran. Yo iba con la idea de comprarme uno amarillito, pero en la jaula no había ninguno solo había uno que era amarillito tirando a verdoso así que pensé elegir ese. Y justo cuando lo iba a decir mi hermano lo escogió. Así que escogí uno oscurito muy lindo y bonito. Le preguntamos al hombre si eran de razas y nos dijo que no. Cuando llegamos a mi casa llamé a mi canario Pavarotti y mi hermano le puso al suyo Beethoven. Y lo colgamos en la terraza uno al lado del otro. Beethoven aquel día nos sorprendió ya que a la hora de haberlos colgados Beethoven se puso a cantar. Nos quedamos sorprendidos ya que el hombre que nos los vendió nos dijo que hasta que no pasara una o dos semanas no cantarían ya que al principio se sentirían extrañados. Pero sin embargo Beethoven se puso a cantar a la hora con un cante precioso. Sin embargo Pavarotti después de dos semanas seguía sin cantar. Así que decidimos que si para la semana que viene seguía sin cantar lo llevaríamos al hombre que nos lo vendió y que nos lo cambiara por otro. Así que desde aquel día estuve muy atenta de Pavarotti de si cantaba o no. Pero justamente dos o tres días después Pavarotti empezó a canturrear. Y a los tres semanas empezó a cantar un poquito, pero aún no así no cantaba mucho. Mi familia me dijo que si quería íbamos al hombre que nos lo vendió y que nos lo cambiara por otro que cantase bien. Pero yo les dije que no, porque aunque no cantase como yo esperaba yo ya le había cogido cariño. Pavarotti era un canario mas bien redondito y mas gordito que el de mi hermano. Sus plumitas eran negras, grises y marrones. Para mi era el canario mas bonito del mundo. Su carácter era un poco arisco y muy poco miedoso, veréis si te acercabas se asustaba pero no mucho y cuando le metías la mano para cogerlo y se ponía valentón y se le empezaban a erizar las plumitas sobre todo las de la cabeza y empezaba a ponerse agresivo incluso se peleaba con mi mano para que no lo cogiera jaja. Pavarotti se llevó conmigo 2 años aproximadamente hasta que un día mi hermano me dijo que mi Pavarotti se le había hinchado el ojito izquierdo. Fui corriendo a verlo y efectivamente tenía el ojo hinchado. Cogí y le dije a mi padre que le preguntará a Thomas (un hombre experto en canaricultura que se había llevado unos 20 años criando canarios) que le preguntara que podía ser lo que le pasaba a mi Pavarotti en el ojito. Cuando mi padre llego le pregunte si le había preguntado eso a Thomas y me dijo que si. Le dijo que podía ser que le hubiera picado un mosquito y por eso se le había podido poner el ojo así de hinchado y le dijo que le traería una pomada para curarle la picadura.
Al principio dije menos mal que solo es una picadura de mosquito. En aquel momento yo ignoraba las graves consecuencia que eso podía tener en un canario. Pero me empecé a preocupar mucho mas cuando al segundo día vi que el ojito se le había hinchado muchísimo mas. Entonces fue cuando yo me empecé a asustar. Le dije a mi padre que le volviera a decir a Thomas que te trajera la pomada porque se había se le había puesto el ojo mucho peor. Cuando mi padre volvió le volví a preguntar si le había dicho lo que le dije y me dijo que sí. Thomas le había dicho que se le había olvidado y así paso otro día mas. Yo no paraba de pensar en Pavarotti por si podía morir o no. Por una parte pensaba como un mosquito podía matar a un canario, pero por otra parte pensaba en su ojito porque lo tenía bastante hinchado y eso me preocupaba mucho. Al día después Pavarotti murió. Fue una muerte fulminante como mi Pavarotti iba dejando de comer y cada vez mas triste y decaído y como su ojito se le iba hinchando cada día mas hasta que la muerte se lo llevó. Me puse muy triste y a la misma vez rabiosa e impotente porque no pude hacer nada por él. Me sentía enfurecida con Thomas porque no me trajo la pomada, porque me imagino que siendo un experto en este tema sabría que mi Pavarotti podía morir dos o tres días después de la picadura de mosquito, pero ¿si él sabía eso porque no se aligero en traerme la pomada?. Me sentía muy enfurecida, impotente y triste. Faltaban pocos días para que llegara mi santo e iba a hacer uno de mis santos mas triste. El sábado un día antes de mi santo estaba muy triste cada vez que veía la jaulita de mi Pavarotti me entraban ganas de llorar. Entonces mi hermano le dijo a mi madre que se iba con mi padre y después de un tiempo volvieron y mi hermano dejo una caja de huevo en el suelo (cosa que no me extraño porque mi padre es huevero) pero lo que no me esperaba es que de ella sacara una cajita amarilla chiquitita. Entonces mi hermano me dijo
-¡Felicidades! –yo al principio no sabia de que se trataba hasta que le dio la vuelta a la caja y vi que la caja tenía unas rejillas y dentro de la cajita había un canario amarillito tirando a anaranjado. Estaba asustado y se movía mucho por la cajita. Mi hermano me dijo que era un machito y que era de esta año por lo que solo tenía unos meses y que era de raza. Lo cogí y lo metí en la jaulita que tenía la de Pavarotti . Entonces llegó el momento de elegirle un nombre. Lo pensé mucho y no encontraba ninguno hasta que me fije en lo que ponía en la cajita en la que venía y ponía KIKI así que pensé en ponerle ese nombre y así lo hice. Un año después KIKI seguía tan sanito y fuerte como siempre.

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